dijous, 31 d’octubre del 2019


No te conocía ni lo hubiese hecho nunca, pero la vida quiso cruzarnos, y sin saberlo, cada día que pasaba, te hacías un hueco más grande. Siempre he tenido una imagen bastante cruel de los profes, esos seres que se creían intocables, a los que al toserles,  se creían con la libertad de poder someterte a su disciplina,  muchas veces, totalmente fuera de lugar. Seguramente por las experiencias personales que acumulamos, nos creamos las defensas que luego se convierten en barreras que nos protegen, está claro, que a los profes no les gusta esos niños que dan trabajo, que se salen de los estándares, que desafían, que contestan, y yo siempre, me llevaba los premios más grandes. Esa mochila que llevas a cuestas, hace que siempre estés en guardia, ahora que defiendes los intereses de aquellos que más quieres y sabes que no vas a permitir según qué cosas, siempre a la defensiva, sé que es una actitud que debería trabajar para desterrar, pero me sigue molestando bastante, esos profes que se la dan de dioses con la verdad absoluta siempre en su terreno de juego, y no se dan cuenta, que el aprendizaje es siempre mutuo. Nunca cojo cariño a alguien que está de paso, al final, los profes se cruzan, están un par de años y ya no los vuelves a ver, eso te da la libertad de decir lo que tengas que decir, y defender lo que haya que defender, porque las aves de paso se olvidan rápido, será por eso que me cuesta medir las palabras. Pero contigo siempre fue distinto, no sentía esa tensión de llegar y ver si tenía que sacar los dientes, llegaba relajada, con ganas de verte, hablar esos 5 minutos que cada vez intentábamos estirar más, que nos sacaban una sonrisa, y te ibas con la sensación de que un café no hubiese estado mal, y eso que tanto que defendía de que a los profes les da igual quien seas tú, total, cada año tienen 25 nuevos y nunca son especiales, aunque queramos creer que sí, no dejas de ser uno más de los que pasa, se me hace añicos cuando me preguntas que tal todo, y voy echándote de menos buscando el hueco para poder estar un rato ahí riendo contigo, que bonitas son las connexiones que se crean cuando no eres ni consciente de ello, y que las cosas están yendo bien que no es nostalgia al pasado, pero si es todo tan distinto, frío y impersonal, otra vez, vuelves a ser un número o un nombre vacío de contenido, esa calidez del tú a tú se pierde, esas sonrisas ya no existen, y siento que hecho de menos esa manera tuya de hacer, ese... todo bien desde la otra punta lanzado al aire pero que llenaba más que ahora, que a veces, ni te miran...

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